sábado, 27 de octubre de 2007

Pensamientos Futboleros

-Por Jugo de Pelotas

Nada Nuevo

….Con o sin Marcelo Bielsa la Selección Chilena de Fútbol tenía que perder contra Argentina en Buenos Aires y ganar a Perú en Santiago, en la disputa de las eliminatorias del área sudamericana por clasificar para el Mundial de Alemania. De los cuatro cupos disponibles para ir a la fase final, ya hay dos que tienen propietarios (Brasil y Argentina, por supuesto). Para los otros dos hay muchos candidatos: Uruguay, Paraguay, Chile, Ecuador y Colombia. Bolivia, Perú y Venezuela aparecen como los supuestamente mas débiles. Pero los altiplánicos son cosa seria en la altura de La Paz; Venezuela ha progresado bastante en los últimos años y Perú quiere cambiar la historia.


Dejen tranquilo al “Gurú”

No es cristiano hacer leña del árbol caído, aunque dan ganas de decirle al mentado “Gurú” que “otra cosa es con guitarra”. Él está a punto de bajar va Tercera División del fútbol chileno con Deportes Temuco. Como consuelo hay que recordarle que Manuel Pellegrini descendió a Segunda División con la Universidad de Chile en 1988. Y vean en donde se encuentra el “Pelle” ahora. El técnico chileno esta convertido en el entrenador sensación de Europa. Los enemigos del ex comentarista no deben aprovecharse de este traspié para disfrutar una improductiva venganza. Quienes deben ser apuntados por el dedo acusador del pueblo temuquense como grandes culpables de la debacle son los dirigentes del club, quienes, pobres ingenuos, pisaron el palito. Un equipo de fútbol no se dirige solamente con marketing.


Fuera los merolicos

Quienes pensaron, en el querido Everton de Viña del Mar, que sacando a Jorge García y poniendo en la banca de entrenador a Nelson Acosta, iban a solucionar todos los problemas de los “guata amarillas” se equivocaron medio a medio. Es increíble de la manera que los dirigentes de clubes de fútbol cometen errores. Entre paréntesis, creo que la contratación de Marcelo Bielsa para la Selección ha sido una gruesa equivocación que, además, está costando mucho dinero. En la ciudad Jardín apostaron el año pasado por un equipo estelar, contrataron a Juvenal Olmos como entrenador (otro personaje sobredimensionado), gastaron lo que no tenían, crearon grandes expectativas y provocaron la gran frustración.

Lo mismo en la ANFP

También se pensó que la llegada de Harold Mayne Nichols (ex funcionario de la FIFA) a la presidencia de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional traería nuevos vientos a nuestro subdesarrollado balompié nacional. Nada de eso ha acontecido y el escándalo ronda el edificio de Quilín. Descuentos brujos a los seleccionados sub-20 (terceros en el Mundial de Canadá), cuestionamientos de parlamentarios y presiones para jugadores e integrantes del cuerpo técnico con el fin de dividir a quienes intentan cobrar todos sus emolumentos, son algunos de los problemas que debe afrontar la dirigencia.




viernes, 26 de octubre de 2007

Lección de Dibujo -Un relato breve de José Gai

José Gai es periodista titulado de la Universidad de Chile, escritor y pintor.

Su primera novela, “Las manos al Fuego”, ha sido muy bien acogida por la crítica especializada. También realiza ilustraciones en medios de prensa. Ha publicado dos libros (“Sabor a Gol”, Editorial Planeta, 1997, y “Ñoñobáñez, 20 años de fútbol chileno”). En el campo de la pintura ha realizado seis exposiciones individuales. En literatura ha sido finalista del concurso de cuentos de revista Paula en 2001 y 2003, y del Pedro de Oña, novela breve, en el 2000, entre otros. El presente relato fue finalista del concurso “Chile, 30 años”, organizado por Le Monde Diplomatique-Chile, en 2003.


Lección de Dibujo
(A Juan Chacon Olivares)
“¡Ahí viene el Jote!”, gritaba alguien -¿se acuerda, compadre?- y todos volábamos a ocupar nuestros puestos en la sala. Yo, más que nadie, porque tenía que correr desde el pizarrón, sacarme la tiza de las manos y hacerme el leso, aguantando la risa igual que todos cuando entraba Espinoza para empezar la clase de Historia y se encontraba con su perfil narigudo dibujado en el pizarrón, asomando del cuerpo de un pajarraco. Lo hice caminando, volando, cayendo a tierra, arrancando de unos perros, baleado por unos cazadores, laceado por unos niños, atravesado por flechas y puñales. El toque artístico fue ese año en que lo empecé a dibujar perdiendo poco a poco las plumas, y al final del curso, en la última caricatura, terminaba ya todo pelado, atravesado por un palo y dorándose encima de una fogata. El Jote Espinoza... ¿Se acuerda, compadre, que la primera vez preguntó indignado quién había sido? Pero nadie contestó. Algunos estuvieron tentados de delatarme, pero nosotros, los grandes, los pesados, fulminamos a los chicos con la mirada. Y todos nos quedamos castigados, una, dos y tres veces, pero nadie habló. Hasta que el Jote se aburrió. Entraba a la sala ya sin mirar el pizarrón y lo primero que hacía era ordenar, por riguroso orden de lista, que algún alumno lo limpiara.

Nos reímos mucho de Espinoza en esos años. ¿Se acuerda que una vez fuimos juntos hasta su casa y repetimos en la pared lo del pizarrón? Esa fue buena; el broche de oro. Después nos separamos. Yo partí a Santiago, y me empecé a acercar a los pocos compañeros que también habían podido ir a la universidad. La lejanía de la ciudad nos hizo amigos. Usted se quedó acá, se allegó al grupo de Flores y me dijeron que, como todos los de ese lote, anduvo dibujando svásticas y leyendo fascículos de la Segunda Guerra. Pero me estoy alejando de Espinoza, compadre. Cuando volvía con mi nuevo grupo para las vacaciones, lo divisábamos alguna vez caminando con su tranco desestibado, que era lo otro que lo asemejaba a los jotes. Entonces, lo seguíamos despacio en la camioneta de Miguelito y cuando estábamos al lado le gritábamos “¡Joteee…!” y arrancábamos en segunda, haciendo chirriar las ruedas. Lo encontrábamos divertido, para qué lo voy a negar.

Es que sabíamos poco de Espinoza. Que era masón, claro, y por eso no se llevaba bien con los dueños del colegio. Y que de tanto en tanto mandaba cartas al diario rebatiendo los editoriales. Pero fue al segundo o tercer año en la universidad, cuando empezamos a ver las cosas de otra manera y cuando el país mismo empezó a cambiar, que recién nos dimos cuenta de que el Jote era todo un personaje. A Miguelito ya le había ido mal en Santiago y estaba de vuelta. En una de sus cartas me contó la novedad: Espinoza iba de candidato a diputado por la lista del gobierno. En la respuesta le sugerí un lema para la campaña: “Despeguemos con Espinoza”. Debo de haberlo acompañado de una caricatura; seguro que fue así. Por los diarios supe que había perdido, y en su siguiente carta Miguelito me contó que lo había sentido mucho. Yo también lo lamenté, de verdad, al margen de las bromas. Recién ahí lo descubría como uno de los nuestros. Y cuando llegué ese invierno a trabajar en la Gobernación, luciendo mi título todavía fresco, me alegró ver en las paredes algunos afiches sobrevivientes del Jote. No lucía mal, fotografiado de frente, para disimular la narizota, y bien peinado. Nada que ver con el Jote que encontré al otro día de que nos detuvieron, y eso que sólo habían pasado unos meses de mi regreso.

A mí me obligaron a presentarme a la Gobernación, una semana después del golpe. Me tuvieron encerrado apenas un rato y me metieron con varios más en un camión. La vista vendada y amarrados con alambres, así partimos a la pampa. Creí que nos mataban ahí mismo, para qué lo voy a negar, compadre. Pero llegamos al campo de detención y allí, entre los presos, estaba el Jote. No lo reconocí; Miguelito tuvo que mostrármelo. Estaba sucio, flaco, golpeado. Casi sin pensarlo comencé a acercarme a él. Supe que lo había pasado muy mal, que lo acusaban de integrar una red para desembarcar armas, algo impensable en él y en esas circunstancias. Pero así constaba en los papeles del fiscal, y así también lo habían tratado. De vez en cuando lo llevaban a interrogatorio. Verlo regresar daba pena. Yo recordaba entonces mis dibujos en el pizarrón y sentía vergüenza. Pero nunca le hablé de eso. Ni siquiera una vez que estábamos juntos en su jaula, mirando por la ventanita una bandada de jotes que distraía su ocio planeando encima del campamento. “Cómo les envidio la libertad”, dijo Espinoza. Se quedó callado un rato y me miró. “Me gustaría ser un jote”, dijo y sonrió apenas, porque hasta sonreír le dolía, y yo di vuelta la cara para que no notara que se me empañaban los ojos.

Dos días después, por un carcelero boca suelta supimos que había condena para cinco presos. Los iban a fusilar al otro día, me contó Miguel. Le pregunté con la mirada y me contestó que sí, que Espinoza era uno de ellos. Esa noche fuimos a su jaula. Estaba tranquilo. Nos quedamos un rato largo. Nadie hablaba mucho. Él, sí; era como si nos estuviera haciendo clases, otra vez. Al final llegaron los guardias y ordenaron que cada uno se fuera a su celda. Espinoza se despidió de todos con un abrazo. A mí me mantuvo un rato más tomado de los hombros y me dijo bajito: “Usted, que es tan bueno para los parecidos, podría hacer algo. Grábese sus rostros y después dibújelos, para que podamos reconocerlos”.

No dije nada. Qué iba a decirle. “Para que podamos reconocerlos”, si él ya era hombre muerto. Pero así pensaba Espinoza, en plural. Ese mismo día, después de las descargas y del silencio eterno y ahogante de la mañana, empecé mi tarea. A fuerza de pura memoria fui grabándome en la mente, narices, ojos, orejas, proporciones. Al otro día de que me soltaron y me fletaron fuera del país, ya los tenía a todos en el papel. Los jefes y los carceleros más malditos, a todos ésos los tengo, y espero que algún día mis dibujos sirvan para ubicarlos. Y ahora que los terminé y puedo escribirle esta carta, le cuento que hice un dibujo extra. Sí, porque aunque yo estuviera encapuchado y usted cambiara la voz, igual lo reconocí cuando me interrogaban. Y le debo advertir que me quedó igualito, compadre. Como Espinoza en el pizarrón.





viernes, 7 de septiembre de 2007

La Triste Historia de Clarín

Nota: Encontré este artículo en Internet, pero ignoro su autoría. Si alguien puede darme algún indicio sobre quién lo escribió, se lo agradeceré. Me he tomado la libertad de publicarlo en mi blog, “Prensa Abierta”, dado que se refiere a un diario que tuvo una importancia relevante en la historia del periodismo chileno.

***

Su lema: “Cavernarios, el pensamiento no se encarcela ni se degüella”, grito de las guerras civiles argentinas de la primera mitad del siglo diecinueve.

Aclaración necesaria: Siempre fue Clarín, nunca El Clarín, como pontifican hoy algunos “entendidos” que jamás entendieron ni menos… supieron nada

El matutino Clarín (1954-1973) está considerado como uno de los grandes fenómenos del periodismo chileno en la segunda mitad del siglo XX, e incluso a nivel sudamericano, dado que su estilo, fue copiado en líneas generales en Buenos Aires por el diario “Crónica”, de las décadas de 1960 y 1970, o por el vespertino “Última Hora” de Lima, en esos mismo años, además de otras publicaciones en diversos países de la región.

Clarín llegó a tener un tiraje de 280.000 ejemplares diarios en día de semana y sobre 350.00 los sábados y domingos, con un nivel de devolución del 10 %, que en aquellos años era considerado como el máximo que podía soportar un periódico de aparición diaria.

Según el antiguo jefe de servicios informativos y editor de ese matutino, Enrique Gutiérrez Aicardi, en al segunda mitad del siglo XX los diarios chilenos se dividían en dos grandes ramas, desde el punto de vista de sus ingresos económicos; aquellos que se financiaban, no mediante la venta, sino que por la publicidad, y los que dependían del número de ejemplares vendidos para prosperar, como fue el caso de “Clarín”, del vespertino “Última Hora” y de otros anteriores como “Las Noticias Gráficas”, que murieron precisamente al perder lectores. Aunque también había un tercer grupo, que era de aquellos diarios que vivían de subvenciones, como fue el caso del “Diario Ilustrado” que dependía del Partido Conservador y de la jerarquía católica, o del diario “El Siglo” que pertenecía al Partido Comunista.

Clarín no nació como un diario de gran circulación. Fue idea del periodista Darío Sainte Marie Soruco, quién había sido nombrado director del matutino oficialista “La Nación”, en los primeros meses del segundo gobierno – esta vez democrático --, del general Carlos Ibáñez del Campo (1952-1958), para competir con otros dos vespertinos: “Última Hora”, de orientación izquierdista y “La Segunda” que sigue siendo el mismo diario conservador de nuestros días.

Cabe hacer notar que los vespertinos en esa época tenían gran circulación e importancia dado que no había televisión y el periodismo radial todavía no se había desarrollado y por lo tanto, formaban parte de la sobremesa nocturna en cientos de miles de hogares e incluso ciudades como Valparaíso (La Estrella) o Concepción (La Crónica) contaban con uno de ellos. También los había del mediodía, como Las Últimas Noticias en Santiago. Todo eso cambiaría en los años de 1980.

Clarín comenzó a circular para competir con los otros dos vespertinos, que eran duros opositores al gobierno de Ibáñez. Como tal, Clarín no llegó al público, y tras un lapso de uno a dos años, se decidió su cierre. Sin embargo Sainte Marie, a quién se le conocía con el seudónimo de “Volpone”, con el cual firmaba sus artículos más virulentos, lo compró a un precio simbólico y lo transformo en matutino especializado en temas policiales, y al parecer con precios de impresión muy módicos en los talleres de “La Nación”.

Sus tirajes iniciales fueron de entre 20 y 30.000 ejemplares, apenas para cubrir los puntos de ventas de Santiago y de algunas otras ciudades de importancia. Sin embargo, gracias a su cobertura de la nota policial logró llegar a una venta de entre 35.000 y 40.000 ejemplares, lo que le permitía vivir, aunque con una planta de personal periodístico muy reducida, inferior a las 20 personas.

ADIOS A ‘LA NACION’

Al asumir la presidencia, el 4 de noviembre de 1958, el conservador Jorge Alessandri Rodríguez *, el personal de Clarín fue desalojado violentamente de las instalaciones de “La Nación”, su redacción debió ser instalada en un departamento céntrico que arrendaba su director en ese momento, Román Alegría Rodríguez, y por un acuerdo literalmente de última hora, comenzó a ser impreso en los talleres Horizonte del Partido Comunista, en la tercera cuadra de la calle Lira.

La razón de su abrupta expulsión de “La Nación”, se debió a que Volpone hizo una encarnizada campaña en contra de Alessandri, e incluso un diario de la tarde, netamente político de su propiedad, “La Gaceta” fue cerrado definitivamente. Allí trabajaban reporteros como Manuel Cabieses, quién dirige el quincenario “Punto Final” y Carlos Jorquera, quién estuvo el 11 de septiembre de 1973 en La Moneda junto al presidente Salvador Allende y sobrevivió, no así Augusto Olivares – que también se encontraba en el palacio presidencial -, durante muchos años uno de los principales animadores de “Ultima Hora”.

“Volpone”, un enigmático personaje del dramaturgo inglés Ben Jonson, en su versión chileno-boliviana (nació en La Paz, su padre diplomático, su madre ciudadana altiplánica), era un columnista prolífico y agresivo. Sus editoriales de media página (de “baticola” los bautizó su autor) provocaban escozor. Siendo sus textos polémicos y muy hirientes, siempre fueron redactados en un perfecto castellano, con giros populares pero sin palabrotas, manifestando Sainte Marie que su modelo eran los escritos del autor del Siglo de Oro español, Francisco de Quevedo). Ese fue precisamente el estilo que Sainte Marie infundió a su publicación, entregando la orientación de las grandes líneas que su gente debía respetar, pero dejándoles completa libertad en los detalles y entregándoles un amplio respaldo donde no influían presiones ni económicas ni políticas. Las peticiones para que despidiera a tal o cual reportero, nunca prosperaron y “Volpone” – que se describía a si mismo con “un hombre de negocios exclusivamente periodístico” --, se compró más de algún pleito público por algo que en un comienzo ni le había interesado.

VANOS INTENTOS

Entre ellas una agria disputa con el industrial textil Juan Yarur Banna, a quien bautizó como “el camellero” por su origen mesoriental, quien tuvo la mala idea de ofrecerle una esplendida cartera publicitaria para Clarín, si ponía de patitas en la calle al pintoresco reportero Oscar Vega (“El Monstruo”, para sus colegas, por su exquisita tendencia a morder la mano que lo alimentaba), quien había escrito una nota bastante insultante como imaginativa sobre el millonario. Yarur llamó por teléfono a “Volpone”, hizo su ofrecimiento, se lo rechazaron, hubo intercambio de palabras airadas y finalmente la ruptura y una campaña contra el industrial muy pasional.

Tampoco tuvieron éxito, políticos como el dos veces senador Juan Hamilton Depassier, que pidió la cabeza de Gutiérrez Aicardi por considerarlo poco amable hacia la Democracia Cristiana y en especial a su candidato presidencial de 1970, Radomiro Tomic.

“Volpone”, gustaba recordar una frase que había leído en el hall de entrada al The New York Times en sus tiempos de redactor de la Associated Press en la ciudad de los rascacielos, por allá por los años de 1920, y que decía: “Un reportero llega hasta donde su director lo deja”.

A partir de 1959, Clarín fue encabezando la oposición a Alessandri y logrando ampliar sus ventas, de las que vivía, con una serie de casos policiales que despertaron mucho interés, como el crimen de “El Molino Rojo”, donde el dueño de una emisora muy popular, la Nacional de esos años que más tarde sería adquirida por el Movimiento de Izquierda Revolucionaria, mató a balazos a su esposa y a su amante en una fuente de soda de San Diego y Avenida Matta, o con los crímenes de Roberto Heabig, cometidos en una casa de la calle Dardignac del entonces tranquilo y romántico barrio Bellavista, y quién enterraba los cadáveres en su jardín, cultivando hermosos, jugosos y grandes tomates de un rojo intenso, que repartía entre sus vecinos.

Según los conocedores de la historia de Clarín, cada uno de estos casos hizo subir la circulación, que ellos insisten, era el punto clave para que el diario siguiese existiendo, en 40.000 o 50.000 ejemplares, lo que se mantenía en la medida que el delito siguiese siendo un comentario diario de la gente. Cuando el caso perdía interés y al volver las cosas a la normalidad Clarín mantenía entre 15.000 y 20.000 de esos nuevos lectores.

Así llegó a tener ventas que superaban los 200.000 ejemplares diarios y que en casos muy especiales como el asesinato del presidente John F. Kennedy, en noviembre de 1963, alcanzó la cifra record de 500.000 ejemplares. No hubo más ventas porque la rotativa que tenía Clarín en ese momento no fue capaz de imprimir más periódicos, y hubo que detenerla a las seis de la tarde para poder imprimir la edición del día siguiente.

NACIONALISTA DE IZQUIERDA

Desde el punto de vista estrictamente de filosofía periodística, Clarín se definía como un diario popular, nacionalista y de izquierda, que abría sus páginas, mediante secciones como su “Párrafo Lector”, a los sectores de la sociedad chilena que generalmente eran ignorados hasta ese momento, y que por orden de Volpone “entre un patrón y un obrero, se prefería al obrero”. Por eso, contaba con una sección sindical permanente, donde se reseñaban los conflictos laborales, y con una sección política que solía burlarse de los políticos y de las autoridades, donde destacaron periodistas – “prácticos”, absolutamente empíricos los pobres --, como Hernán Millas (“La Moneda de dos caras”), Eugenio Lira Massí, Carlos Castillo Chinchón y su ex director y atinado columnista de “Devaneos y Comistrajos de la Política” Román Alegría Rodríguez, Augusto Olivares --en los años finales de Clarín --, entre otros.

En las filas de los reporteros policiales, brillaron muy especialmente Miguel Belisario Torres (con la “Noticia policial y su nota humana”) y John Carvajal Rozas (quien hacía hablar a los muertos con singular maestría, estremeciendo a las multitudes)) y Enrique Gutiérrez, a quien la valió una felicitación de “Volpone” su crónica sobre el fusilamiento del Chacal de Nahueltoro, que vendió decenas de miles de ejemplares un dia Primero de Mayo, sin suplementeros y con el público haciendo cola para comprar ejemplares a las puertas del diario en calle Gálvez). También pasarían por esa páginas, escritas con Tinta Roja como diría algún cursilón cronista mercurial, Enrique “Motorcito” Pizarro que terminó sus días en El Mercurio y Mario Leo, quien se hizo famoso en los primeros años de la publicación, contándole chascarros judiciales a “mis curiosillos lectores”, toda una irreverencia dado que empleaba la primera personas en tiempos en que el periodismo chileno era esencialmente modesto y todo se hablaba en la primera persona pero del plural. Entre los del último período del diario, destacó Claudio Espinoza.

Entre los columnistas y editorialistas hay que mencionar a Daniel del Solar, al escritor Manuel Rojas, a Raúl Morales Alvarez y sus innumerables seudónimos, desde “Simbad el marino” a “Sherlock Holmes” –uno de los grandes animadores de las difuntas “Noticias Gráficas”, al abogado y político Oscar Waiss Band. Hasta el Tito Mund, en algún momento, publicó allí sus furiosas y sabrosas crónicas.

Entre los directores estuvieron Román Alegría Rodríguez y Alberto Gamboa Soto, a quien le tocó morir con las botas puestas, periodísticamente, pues estaba a cargo del buque cuando vino el golpe de Estado y el asalto de los militares sublevados a las instalaciones de la calle Dieciocho. También estuvo de gran conductor, Fernando Murillo Viaña, que terminó a cargo del taller por sus peleas económicas con “Volpone” – siempre andaba escaso de ahorros y haberes y recurría a mil y una triquiñuelas para obtenerlos, como dar por difunta a su suegra en variadas ocasiones para justificar el “sablazo” al decir necesitar pagar un inexistente funeral, lo que le dio buen resultado hasta que Sainte Marie le mando una tremenda corona a su casa y su esposa, a quien le decían la Desdichada Elvira, encaró malamente al autor del desaguisado --. Murillo, excelente periodista, fue todopoderoso comentarista político en los tiempos del Frente Popular bajo la firma de “Crayón Rouge”.

Entre los timoneles de tempestades y bonanzas, los segundos de a bordo, pasaron por Clarín el gran e ignorado José Gómez López, prolífico fundador y refundador de diarios – él le cambió la cara (o la diagramación o formato, si se prefiere) al señalado matutino a mediados de los años de 1960; y el hombre que estaba al pie del cañón el 11 de septiembre de 1973, Alejandro Arellano Allende (el alopécico Reporter Porter de sus tiempos de cronista deportivo), quien pagó su lealtad y su entrega, con un espeluznante paso por el Estadio Nacional en manos de los golpistas y sus torturadores.

También cabe recordar a los terceros de abordo, los jefes de información y de crónica como Eduardo “El Sordo” Soto, que terminó de abogado picando pleitos en Rancagua, o a fotógrafos como Juan Cortez Pérez, descrito por quienes lo conocieron como un “hombre realmente bueno, sin dobleces y transparente como un vaso de bien vidrio”. Diozel Pérez Vergara, durante décadas director de La Cuarta, esa mala copia de Clarín, también paso por el diario tanto en su época de la calle Gálvez como cuando se imprimió en Dieciocho.

Para ser justos entre sus grandes auxiliares de su sala de redacción, nadie puede desconocer a Teodoro Alonso Banda, siempre idóneo e imparcial a la hora de preparar condumios y brebajes y mucho menos a ese contrabandista en pequeño arrepentido y gran animador de tertulias, que fue el iquiqueño – pìqueño por mayor rigor --,Víctor Condori Mamani

Volviendo a estilos, usos y costumbres, los únicos límites que tenían las críticas impresas eran el general Carlos Ibáñez (mi “animita milagrosa”, decía Sainte Marie) y la Vírgen del Carmen. La forma de escribir era más o menos osada, pero sin concesiones al garabato. El ingenio no es sinónimo de grosería ni de agresión lingüística, resultaba ser la moraleja.

Junto a esto, Clarín recogía la opinión seria mediante artículos permanentes de intelectuales como el escritor Manuel Rojas, el conocido autor de “Hijo de Ladrón” y de Baltasar Castro, un político y viñatero, de controvertida personalidad, quien tenía varios libros a su haber y una amistad con Fidel Castro que le permitió vender a Cuba, sus dudosos vinos “Don Balta”.

En materia de política exterior, Clarín fue abiertamente disidente de Estados Unidos, apoyó a Cuba y destacó la tragedia que se desarrollaba en Vietnam.

PICARDIA SIN GROSERIA

Los “sabiondos” insisten en que Clarín tenía un lenguaje popular, que recogía los giros idiomáticos utilizados por el pueblo, pero que jamás uso ni palabras soeces ni situaciones sexuales explícitas. Por ejemplo, si se quería graficar que alguien había sido engañado se ponía simplemente: “Le vieron las ruedas a …” . Para muchos la gran “gracia” de Clarín fueron sus títulos, que estaban inspirados en la escuela de quién hizo la primera página de “Las Noticias Gráficas”, el periodista Hugo Marillán, uno de los grandes bohemios de los años de 1940 en Santiago.

Aún se recuerdan dos de los grandes títulos de Marillán: “Matarife benefició a su mujer: por vaca”, y otro que decía: “Iba como uva, pasó un tractor, y lo dejó como pasa”, los que los sabios de la vuelta de la esquina, atribuyen a Clarín. Como también se recuerda aquel “Miembro aristocrático se introdujo en círculo obrero” a raíz de un caso de un “pijecito” de la época acusado de violar a un pobre y modesto muchacho durante una borrachera o aquella ocasión en que Las Gráficas, muy ibañistas, descalificaron al postulante radical para las presidenciales de 1952: “Hoy proclaman a Pedro Enrique Alfonso por el Norte Grande. Y también por el Chico”.

ADIOS POR LAS ARMAS

La última edición de Clarín que circuló realmente fue la del 10 de septiembre de 1973. El día 11 a las 4:00 a.m., tropas del ejército ocuparon los talleres ubicados en ese momento en la calle Dieciocho 263, e impidieron la entrega del matutino a las agencias de distribución. Como el diario comenzaba imprimirse para regiones a las 8 de la noche, a algunas de estas sí llegaron los diarios, aunque en forma accidental. En ese mismo momento se confiscaron todas las instalaciones del diario, convirtiéndose en un centro de torturas apodado “La Firma”, que estaba a manos de la policía de Carabineros y donde se originaría uno de los peores casos de violaciones a los derechos humanos con el degollamiento de tres militantes comunistas, lo que le costaría el cargo en la Junta Militar y en la cúpula de las fuerzas de orden, al rastrero general César Mendoza-.

Parte del anecdotario de Clarín refleja en cierto modo la vida bohemia y pintoresca de su gente. En 1961 contó por primera vez con talleres propios en una vieja casona de dos pisos de la calle Gálvez esquina de Alonso Ovalle.

Eran tiempos en que adquirir una rotativa nueva significaba una inversión muy grande, prácticamente imposible para las empresas periodísticas locales de la época. Incluso la gran planta impresora santiaguina de esos años, Zig-Zag, destruía sistemáticamente las rotativas que desechaba para evitar cualquier tipo de competencia. Irónicamente, en sus años mozos, Sainte Marie, fue director de la revista que le dio el nombre a aquella empresa ubicada justo detrás de la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile, en las riberas del lánguido Mapocho.

Volpone fue avisado de que en Concepción, una rotativa Goss que había pertenecido a la Sociedad Periodística del Sur, que editaba diarios en Concepción, Valdivia y Osorno, estaba abandonada y se había convertido en gallinero. Junto con la rotativa, Volpone dio con un mecánico alemán, hombre alcohólico, pero metódico, que durante un año desarmó, pulió y reparó ese montón de fierros viejos y finalmente la hizo andar con una capacidad de impresión de 60.000 ejemplares por hora. La máquina fue bautizada oficialmente como “La Clueca”.

Los dueños de la Sopesur casi se murieron cuando supieron que el antiguo gallinero era ahora la herramienta de la competencia y durante meses buscaron al culpable de haber vendido esos fierros viejos que nadie pensaba que volverían a editar nada, pero que el germano, entre trago y trago, devolvió a la vida.

  • Dario Sainte Marie fue uno de los “cerebros” de la campaña del empresario Arturo Matte Larraín, quien buscó la presidencia contra Carlos Ibáñez en 1952. Matte, cuñado de Alessandri Rodríguez fue derrotado y entre otros, Volpone quedó en la vil calle, sin que sus antiguos patrones le tendieran una mano. Eso agrió las relaciones. De pronto, alguien en la triunfante tienda ibañista, muy necesitada de talentos, se acordó que “Volpone” había colaborado con Pablo Ramírez, el autor del milagro económico del primer y dictatorial gobierno del General de la Esperanza – como decían sus seguidores --, milagro que acabó con la crisis bursátil de Wall Street en 1929 y su repercusión empavorecedora sobre nuestra ya tambaleante industria salitrera. “Volpone”, como buen converso ibañista, a la cabeza de La Nación, atacó a la derecha que tras haberlo usado contra el Frente Popular y en su momento contra los devaneos liberaloides de Arturo Alessandri Palma, ahora abominaba de Ibáñez Allí se terminó la amistad de frentón y cuando Alessandri quiso volver a La Moneda en 1970, Clarín lo bautizó como “La Señora”, en alusión a su soltería y a sus costumbres austeras como el tecito de las cinco, acompañado de galletas de agua.

miércoles, 15 de agosto de 2007

'La Roja' sigue en pañales: Contratación de Marcelo Bielsa, otra chiquillada del fútbol chileno

La contratación del afamado entrenador argentino Marcelo Bielsa –a quien admiro y respeto- para dirigir a la Selección Adulta de Fútbol de Chile con miras a las eliminatorias del próximo Campeonato Mundial de balompié, es otra muestra de nuestro ya endémico subdesarrollo deportivo y mental. Creer que por su condición de extranjero, por contar con un extenso currículum y mantener un bien ganado prestigio como un gran profesional, un excelente organizador, un estudioso profundo y un disciplinado trabajador, se asegurará la clasificación y se removerán los cimientos de nuestro venido a menos deporte rey constituye, en mi modesta opinión de observador, una garrafal y económicamente costosa equivocación.

Sin ánimo de crear animadversión por la presencia de Bielsa al mando de la Selección de Chile, pues él no lo merece, ya que ostenta una brillante trayectoria (con victorias y fracasos incluidos), hay que convenir en que si el objetivo es clasificar para el Mundial, había candidatos en casa con tantos o más méritos que el transandino. Una muestra: José Sulantay, quien clasificó a la Selección Sub-20 para el Mundial de Canadá y en ese torneo logró el tercer lugar. Otro nombre: Raúl Toro, quien ha logrado posicionar al otrora débil Audax Italiano en un nivel insospechado. Otro más: Claudio Borghi, quien ha desarrollado una labor interesante en Colo Colo (ha ganado tres campeonatos locales seguidos).

Si el objetivo es estimular una suerte de mejor organización del fútbol chileno el nombre de Arturo Salah es indiscutido. El ex entrenador de Huachipato, ahora a cargo de Universidad de Chile, creó las condiciones en Colo Colo para que después, bajo la batuta de Mirko Jozic, el elenco popular lograra el título máximo en el Torneo Copa Libertadores de América 1991. Más tarde reestructuró las bases de Universidad de Chile, la que logró dos títulos consecutivos. Salah hizo lo propio en Cobreloa y Huachipato y, al igual que Manuel Pellegrini (despreciado en Chile y aclamado en Europa), cuenta con una formación académica, dada su condición de ingeniero.

Chile clasificó para el Mundial de Francia con Nelson Acosta a cargo. Pero no olvidemos que en el puntaje final “La Roja” quedó a la par con Perú y sólo ganó el derecho a asistir al torneo gracias a su mejor diferencia de gol, dadas las inspiradas actuaciones de Iván Zamorano y Marcelo Salas. En ese Mundial Chile pasó a la segunda ronda. Acosta se jactó de haberle cambiado el rostro al fútbol chileno (¿?), pero no se ganó ni un partido.

Entre paréntesis, hay que repetir en que Chile no ha ganado un solo partido en un Mundial desde aquel 1-0 sobre Yugoslavia en el Mundial de 1962 celebrado en nuestro país. En esa ocasión el dueño de casa venció a cuatro selecciones europeas en 10 días (Suiza, Italia, Unión Soviética y Yugoslavia). Las nuevas generaciones afirman que quienes peinamos canas (y tal vez la muñeca) vivimos de los recuerdos. Pero los jóvenes reporteros deportivos (llámese sabandas) deben reconocer que ningún equipo chileno ha sido capaz de repetir esa actuación. Aunque parezca increíble, la última vez que se ganó en un Mundial fuera de Chile fue en 1950 (en Brasil), con una goleada sobre el inexperto Estados Unidos.

Pagar más de 100 mil dólares al mes, basados en la esperanza de una clasificación, o de una supuesta “revolución” en el fútbol chileno es perder dinero y tiempo. Los resultados inmediatos no necesariamente reflejan el verdadero nivel del deporte. Ir a un Mundial sin trabajar en las raíces y en las estructuras, es seguir en el subdesarrollo. Y los focos del desarrollo están en los clubes, en los barrios, en los parques deportivos y en la formación de monitores. Se podrán obtener buenos resultados por una gestión temporal, o por el advenimiento de una buena generación de jugadores o por un “suertazo”. Pero esos serán sólo destellos fugaces. El verdadero desarrollo se construye sobre objetivos específicos, bases sólidas y conceptos claros. Y parece ser que el nivel directivo sigue dando palos de ciego.

Hace unos años el Colegio de Técnicos ofreció ayuda y orientó a la dirigencia sobre la creación de una Unidad Técnica Nacional pero ese aporte no fue lo suficientemente valorado. Parece ser que nuestro subdesarrollo nos sigue obligando a despreciar las capacidades internas e hipnotizando ante los estímulos que se encuentran más allá de nuestras fronteras.

Marcelo Bielsa puso ciertas condiciones para trabajar en Chile, las que inmediatamente fueron aceptadas por la dirigencia. No me cabe ninguna duda de que si un técnico local hubiese exigido lo mismo, le habrían dicho que sus exigencias eran “desmedidas”.

La dialéctica del técnico transandino es convincente y elocuente. Cuenta con un excelente vocabulario para definir en forma brillante lo que todos saben. La diferencia entre las trayectorias de Bielsa y de nuestros profesionales locales no se encuentra necesariamente en las capacidades personales. Las diferencias hay que buscarlas en la materia prima con que unos y otros trabajan. Indiscutiblemente los futbolistas argentinos a nivel de selección (salvo algunas excepciones), poseen un mayor talento futbolístico y una potencia física y sicológica superiores, ingredientes básicos de un deportista de elite.

Habría que preguntarse: ¿Qué pasaría con un técnico chileno trabajando con argentinos? Manuel Pellegrini ya dio la respuesta: Fue campeón en el vecino país…

jueves, 2 de agosto de 2007

El Despreciable del Mes de Julio

El fútbol Chileno


Nota: Como una excepción y en forma extraordinaria, el Honorable Consejo que determina el premio a “El Despreciable del Mes” decidió en esta oportunidad otorgar la distinción al o los responsables de que parte importante del fútbol chileno esté siempre, de alguna manera u otra, involucrado en el escándalo, la trampa y la ordinariez.

En esta oportunidad los debates del Honorable Consejo, que se reúne en forma mensual para otorgar la distinción a “El Despreciable del Mes”, se prolongaron por cerca de seis horas. Durante ese tiempo, que pareció una eternidad, se barajó un sinfín de nombres: “El Peluche” Dueñas y su siliconada esposa; la Quenita Larraín, quien tratando de parecer sesuda (¿Con qué ropa?) recurrió a una manida frase acuñada en el tiempo de los Hippies (Hagan el amor y no la guerra) para apaciguar las disputas limítrofes entre Perú y Chile (ella está trabajando en el vecino país y necesita congraciarse); a quienes están manejando y sacando provecho de la huelga en Codelco); etc, etc, etc.

Sin embargo, el Consejo decidió (creo que bajo la influencia del alcohol y de sospechosos cigarrillos) otorgar un premio “colegiado”. Esto es el título de Julio no va para una persona específica, sino para el o los responsables de que una parte importante del fútbol chileno esté involucrado siempre en escándalos, trampas y ordinariez.

En esta oportunidad no vamos a transcribir parte de los debates como solemos hacerlo, pues éstos son interminables. El fundamento de la decisión ya parte con aquel escándalos de la falsificación de pasaportes para el Campeonato Sudamericano Juvenil de Paysandúen 1979 (con el fin de alterar las edades), que ocurrió durante la Dictadura y cuando la Asociación Nacional de Fútbol (Asociación Central se llamaba entonces), era dirigida por un General de Carabineros. El entrenador del cuadro juvenil era Pedro García.

No nos olvidemos del “Maracanazo”, cuando el golero Roberto Rojas simuló una lesión inexistente autoinfiriéndose un corte con el fin de suspender el partido por supuesta agresión de una espectadora. La Intención era ganar por secretaría y asistir al Mundial de Fútbol de Estados Unidos. Obviamente el arquero chileno no fue el único involucrado en el tongo y la FIFA aplicó castigos incluyendo al propio Presidente de la ANFP Sergio Stoppel.

Varios años antes, en 1966, con motivo de la asistencia de Chile al Mundial de Inglaterra, hubo un escándalo que consistió en la pérdida de valiosos relojes en una tienda de un aeropuerto donde ciertos jugadores “vitrineaban”. El hecho fue acallado y archivado sin que trascendiera.

Los árbitros no han estado ajenos. En 1978 hubo un escándalo que se acalló debido a que el principal involucrado en el manejo de resultados para obtener premios en la “Polla Gol" amenazó con suicidarse si se daba a conocer el delito (Ver el libro “Historias Secretas del Fútbol Chileno de los periodistas Luis Urrutia y Juan Cristóbal Guarello).

Lo ocurrido en Venezuela este año (borrachera, violencia y acoso sexual de parte de jugadores de la selección adulta) y Canadá (enfrentamiento de jugadores sub-20 con la policía, lo que gatilló la acción racista y desmedida de los uniformados norteamericanos) constituyen sólo dos eslabones más en la ordinaria cadena de hechos deleznables de cierto sector del fútbol chileno.

Quizás la frase más acertada en el debate por decidir el otorgamiento del premio la pronunció “Comegatos” ya en medio de su euforia etílica: “No tiene la culpa el chancho, sino quien le da el afrecho”. Y a continuación agregó: “¿Hubiese pasado todo esto en la Selección Adulta con Pellegrini o Salah como entrenador?"

martes, 17 de julio de 2007

Importante Apoyo a la Música Chilena

Nuevo CD de cantautor Rafael Manríquez

-Instituto Smithsoniano de Washington, Estados Unidos, patrocina y financia grabación de destacado cantautor chileno.

-El disco, que contiene temas folklóricoss tradicionales, como también de la Nueva Canción, se graba en Santiago y Viña del Mar con el apoyo de destacados artistas locales.



Un importante paso en su quehacer musical está dando el cantautor chileno Rafael Manríquez, quien ha desarrollado la mayor parte de su carrera en California, Estados Unidos, en donde ha grabado más de 10 discos compactos y realizado más de 200 presentaciones en los casi 20 años en que ha residido en el país del norte.

Manríquez graba desde fines del presente mes (Julio) un CD de música chilena, el cual es patrocinado y financiado por el Smithsonian Institute a través de su organización “Folkways”. Dicho Instituto, que tiene su sede en Washington, desarrolla una importante labor a través de sus museos y del fomento de la cultura, hacienda hincapié en las expresiones vernáculas de países de Latinoamérica, Africa y Asia.

Rafael Manríquez ha mantenido una exitosa carrera musical en Estados Unidos como solista, así también en su calidad de integrante y director del Grupo “Raíz”, vastamente conocido en California. Acompañado de su guitarra y de destacados músicos ha grabado una decena de discos. Destacan entre ellos los dedicados a los poetas chilenos Gabriela Mistral y Pablo Neruda.

La grabación se desarrolla en Chile (Santiago y Viña del Mar) bajo la producción y dirección de personal del Instituto Smithsoniano y contará con la colaboración de artistas locales en calidad de invitados. Entre ellos destacan los payadores Pedro Yánez, Hugo González y Cecilia Astorga; el dúo folklórico”León-Ríos”, José Manuel Manríquez (hermano de Rafael), el eximio guitarrista Luis Zepeda, Juan Hernández y el Grupo Chilhue.

Sobre la gestación del CD Manríquez apunta: “El contacto se hizo primero por el Grupo Raíz, ya que el Instituto había comprador los derechos de dos de nuestros discos, como también debido a que acompañé como guitarrista en otro disco para el Smithsonian (“Bandera Mía”) a la cantante argentina Suni Paz. Ellos me propusieron grabar uno de música chilena, ya que han estado hacienda varias unidades con artistas latinos residentes en Estados Unidos”.
Agrega: “Mi proposición de hacer el disco en Chile fue aceptada por el Instituto, y para eso vamos a trabajar con artistas locales incluyendo diferentes estilos. Hemos incorporado varios instrumentos propios de cada tendencia”

Sobre las canciones Manríquez afirma que “las que seleccionamos han sido compuestas en diferentes tiempos y lugares. Hay, por lo tanto, tonadas de mediados del siglo pasado, recopiladas por Rolando Alarcón, canciones de estilo criollo, neofolklore con temas de Patricio Manns y Sofanor Tobar , por supuesto algo de la Nueva Canción Chilena con obras de Violeta Parra, Víctor Jara, Eduardo Peralta y de mi propia autoría”.

domingo, 1 de julio de 2007

El Despreciable del Mes de Junio

Mariano Rendón le ganó “por nariz” a José Guillermo del Solar

La voz resonó fuerte y pomposa desde el fondo de la sala: “Ese señor, coach del equipo de fútbol profesional de la Universidad Católica, que no pudo alcanzar el título de Apertura, que quedó en manos de Colo Colo, es un político del fútbol. Llorando y reclamando supuestos insultos racistas está tendiendo una cortina de humo a su fracaso. Creo que ese caballero, extremadamente plañidero, a quien se le ha apodado, con no poca gracia, como ‘El Gato con Botas’ por su peculiar manera de enfrentar los micrófonos de los sabandas (entiéndase reporteros deportivos radiales) ignoraba que la UC es el club con más segundos lugares en la historia del fútbol profesional chileno y que, además, cuenta con una bien merecida fama de ‘arrugones”….

Luego del breve pero elocuente discurso del “Peyo”, insigne integrante de la Honorable comisión que decide la mención de “El Despreciable del Mes”, se produjo un silencio sepulcral. Seguidamente, se percibió el sonido de un tímido aplauso del “Juanete” (otro miembro del jurado), un colocolino fanático. Más aplausos sobrevinieron y una batahola inentendible se produjo, inequívoca señal de que no todos estaban de acuerdo en la moción de “Peyo”.

-“Seamos serios”, concluyó el Presidente Provisional del Honorable Jurado, Torcuato Tieso (el titular, el “Johnny Esqueleton”, se encontraba borracho debajo de una mesa, imposibilitado de presidir tan magna reunión).

-La Derecha –acotó- comenzó la carrera presidencial de una manera que la caracteriza. Ellos no se preocupan de postular a sus posibles candidatos, sino a desprestigiar a los posibles contendores. Es así –agregó- que la estrategia es intentar desfigurar la imagen de Ricardo Lagos, quien de presentarse en los próximos comicios presidenciales, arrasaría con cualquier oponente. La forma de trabajar del conglomerado conservador es buscar todos los elementos posibles para disparar en contra de Lagos y para eso no faltan los señores útiles, como Mariano Rendón. Este, bajo el escudo ecologista, y utilizando a los verdes, vegetarianos, orgánicos, enemigos de los asados, etc. se permitió interrumpir al estilo de la derecha la intervención de Ricardo Lagos en el acto recientemente realizado en la Casa Central de la Universidad de Chile, en el marco del seminario sobre Cambio Climático. Aunque este señor es sólo una parte ínfima de la maquinaria comunicacional montada para intentar destruir la imagen nacional e internacional de Lagos, creo que merece la mención de este mes….”

Se procedió a una votación a mano alzada y Rendón derrotó al “Chemo” del Solar por tres votos. Parece ser que la UC está condenada al segundo lugar.

viernes, 15 de junio de 2007

Adiós al Siniestro Doctor Mortis

(aunque los no-muertos son invencibles)

Atravesando la barrera del miedo y montado en una combinación de sadismo y masoquismo, me convertí en un “fan” del “Siniestro Doctor Mortis” una de las joyas del radioteatro en la décadas anteriores a la irrupción de la televisión. En esos años imperaba la radio como medio de comunicación de mayor influencia. Con aquellos montajes geniales avivábamos nuestra imaginación. “El Inspector Nugget”, “La Tercera Oreja”, “Cine en su Casa” y hasta los capítulos envasados que nos mandaba el Pentágono con “Ojo de Aguila” y el “Capitán Silver (quienes luchaban contra los agentes del comunismo internacional, con éxito, por cierto), conformaban los imperdibles de esos años y las únicas razones que interrumpían las pichangas en las calles del barrio.

Mi padre era, entre otras cosas, aficionado a la electrónica. Para no comprar otro receptor de radio (que por antigüedad era propiedad de mi hermano mayor), ideó un sistema para que en mi habitación, a través de un viejo parlante adosado a la pared, sobre la cabecera de mi cama, yo escuchara los programas que me enviaba mi hermano desde su habitación. Este sólo tenía que bajar una pequeña palanca. De esa forma yo no podía elegir, y en las noches me tenía que conformar con seguir los gustos radiales de mi hermano. Sin maldad, por cierto, pero con algún grado de sadismo propio de la juventud, él me enviaba todas las noches, a eso de las 10, los programas del Doctor Mortis. En la oscuridad de mi habitación de la casita en que vivíamos (Caleta Abarca, Viña del Mar, Chile), y temblando bajo las sábanas, sufría con los relatos escritos y narrados por Juan Marino. No podría describir la inmensidad del pavor que me atormentaba con aquellas increíbles historias. Me acuerdo de “El Depósito de Cadáveres” en la que un grupo de estudiantes de Medicina no se explicaba por qué los cuerpos aparecían cada mañana en diferentes posiciones a las que tenían la noche anterior. No puedo olvidar otra en que un grupo fantasma de guerreros tuareg, aniquilaba a indefensos exploradores. Pero más que las historias, muy bien escritas por Marino, el mayor atractivo era Mortis, cuya narrativa, que culminaba con su increíble risa satánica, constituían el hilo conductor del cuento muy bien interpretado por actores profesionales.

Con el tiempo el sadismo de mi hermano se transformó en mi propio masoquismo y era muy puntual a la hora de irme a la cama para escuchar una nueva historia. Así me convertí en un fanático del programa.

Poco tiempo después, mi padre, Carlos Olivares Vásquez, me presentó a Juan Marino. Ambos trabajaban en la vieja Radio Caupolicán de Valparaíso. Tenía 13 ó 14 años y no recuerdo lo que dije cuando estreché la mano de ese hombre serio, de gesto hosco tras el cual se ocultaba una tremenda riqueza intelectual. Mi padre me contó que Marino era uno de los hombres más entendidos en la música de Jazz y que su discoteca era una de las más completas del país.

A los años, a comienzos de los ‘70 (o quizás antes) descubrimos con algunos amigos que teníamos una coincidencia. Todos nosotros, de alguna manera, habíamos tenido una experiencia de terror-admiración por Mortis. Con mis compadres Alonso y Rodrigo Apablaza, mi amigo Rafael Manríquez (cantautor de dilatada carrera en Estados Unidos) Juan Olivares y David León (componentes del dúo folklórico León-Ríos), creamos espontáneamente una especie de club de culto de Mortis-Marino. Intercambiábamos mensajes alusivos y hasta grabamos lápices con el nombre de Mortis cambiando el orden de las letras (Sitrom, Stormi, Stroim, etc), siguiendo el ejemplo del propio Marino, quien en algunas historias practicaba aquello para ocultar la identidad del malvado.

Me dio mucho gusto que después del 2000 haya surgido una especie de culto. Y lo mejor, este movimiento ha sido impulsado por jóvenes, quienes quizás no vivieron nuestra experiencia, pero que han sabido valorar el talento de Juan Marino.

El creador de “El “Siniestro Doctor Mortis” ha muerto. Sin embargo, su legado parece revivir como los zombies de sus historias. De la mano de sus seguidores, Juan Marino recobra fuerzas y arremete de nuevo con sus historias. Aplaudo la idea del sitio web (mortis.cl) el cual no dejaré de visitar. Tampoco dejaré de recordar a Mortis, quien formó parte de mi adolescencia, y quizás bastante más que eso.

miércoles, 13 de junio de 2007

Lápiz Loco II (Apuntes sin Sentido)

-Por Oliveto

-¿Por qué en Chile ha existido de siempre el Servicio Militar Obligatorio y no un Servicio Social Obligatorio? Me pregunto cuál es la razón nuestros jóvenes deben prepararse para una posible guerra –y por ende matar a otros seres humanos- en defensa de una supuesta “defensa de la soberanía” y no son llamados a capacitarse para ayudar a sus semejantes.

Aplaudo la iniciativa de intentar cumplir con el Servicio Militar sólo en forma voluntaria, pero celebraría de la misma manera si se crease una instancia de Servicio Público.

-Me pregunto por qué los héroes y “padres de la Patria” a quienes rendimos tributo en fechas memorables -y quizás con justa razón- provienen siempre de filas militares o surgen de sucesos bélicos ligados a la lucha por el poder o en defensa de nuestros valores, tras los cuales generalmente hay una causa económica. Me pregunto por qué no tenemos héroes que salgan de las filas de la clase obrera, de los médicos, profesores, deportistas, científicos, intelectuales y de otras áreas en donde no esté presente el aniquilar al enemigo como objetivo.

-Claudio Borghi, entrenador de Colo Colo, el más popular club de fútbol profesional chileno (debo reconocerlo, aunque mi corazón está con el “Ever for ever”), es quizás el “Ultimo romántico” (qué lugar común) de esta actividad en donde, generalmente, los jugadores salen a la cancha a sufrir más que a disfrutar. El ex jugador (alguna vez fue considerado el sucesor de su compatriota Diego Maradona) ha intentado devolverle al balompié su condición de JUEGO. Un juego, aunque suene redundante, es para JUGAR. Y jugar tiene como fin el DIVERTIRSE. Aplaudo la consecuencia que ha mostrado “El Bichi”, envidiado por muchos de mis compatriotas entrenadores. La alegría de jugar es algo que se estaba perdiendo y Borghi, al menos en Colo Colo, ha luchado por reencontrarla. Ha tenido suerte, pues cuenta con un grupo de jugadores que afinan en el mismo tono. Aparte, el director técnico de Colo Colo ha mostrado desde sus tiempos de jugador, un alto sentido del humor y un poco común sentido común. Un ser humano puede perder cualquiera de sus cinco sentidos y podrá sobrevivir. Pero si pierde el sentido común o el sentido del humor, yo diría que va a deambular por la vida como un zombie. ¡No te mueras nunca “Bichi”!.

-Hasta hace algunas décadas, cuando en Chile se intentaba mantener la cultura en alto y parte de los medios de comunicación colaboraban con ello, las “cortinas de humo” servían para ocultar problemas mayores. Ahora, con la farándula por delante, el supuesto affaire Coté López-Mauricio Pinilla, ha servido para bajar la presión del supuesto adulterio de Cecilia Bolocco con aquel afortunado italiano chanta.

-Los intentillos del Gobierno por hacer algo por la cultura chilena (creación del Ministerio de la Cultura, celebración del Día de la Cultura, etc), parecen insignificantes ante el avance del monstruo de la oscuridad que comenzó con la dictadura militar en Chile y que parece haber crecido a niveles increíbles. Al sistema denominado “economía social de libre mercado”, que no es otra cosa que lo mismo de siempre con distinta etiqueta, no le conviene que haya ciudadanos pensantes. De ahí que los medios –de oposición y de Gobierno- han coincidido en seguir fomentando el proceso de “imbecilización de las masas”. Para ello cuenta con “reality shows” y con un ejército de de personas útiles. Estas, yo diría, son más víctimas que cómplices del derrame de estupidez que se esparce por Chile. Nuestros líderes de opinión ya no son aquellos intelectuales con gran dialéctica y un contundente currículo. Nuestros seres pensantes ahora son la Carlita Ochoa, La Pamela Díaz, las mellizas Campos, los Bonvallet, Patricia Maldonado y un ejército de “modelos” siliconadas y rápidas que se florea ante los micrófonos de programas destinados a hipnotizar a nuestros compatriotas. Hasta Pamela Jiles, quien por años luchó en al otro lado de la barricada, decidió sumarse al lado oscuro. En todo caso, el mayor pecado lo cometen los medios de comunicación más cercanos al Gobierno, que por un asunto de sintonía han caído en el mismo juego. Cuento aparte es el canal de televisión de la Pontificia Universidad Católica, el cual sin ningún pudor y lejos de las encíclicas vaticanas, comparte méritos con los medios de comunicación que tienen como finalidad bajar el coeficiente intelectual de muestra sufrida población.

miércoles, 6 de junio de 2007

El Despreciable del Mes

Sebastián Piñera ganó lejos

El Consejo-Jurado, que otorga la mención de El (o Los) despreciables del mes, se reunió con alguna tardanza, pero mostrando la misma tradicional rigurosidad para nominar a quien se hace acreedor a este honorable título. Juan, “el pelao” propuso reelegir al alcalde de Aisén, por insistir en forma majadera en sus críticas al Gobierno, tratando de hacer pensar a la población que los movimientos telúricos y lamentables desgracias ocurridas en la región se debieron a la falta de previsión de Michele Bachelet. El “cara de cambucho”, otro ilustre miembro del Consejo, propuso al o los parlamentarios que regalaron entradas a deudores habitacionales con el fin de aportillar la cuenta anual de la Presidenta el 21 de mayo: “Ese imbécil no merece otra cosa que ser nombrado despreciable, ya que la forma de hacer oposición ha sido baja y ruin”, argumentó con vehemencia.

Pero desde el fondo de la sala surgió una voz potente: ¡Sebastián Piñera se lo merece, pues es un caradura!. Era el “Comegatos” (no confundir con el personaje de Condorito), quien comenzaba a pronunciar un discurso mientras caminaba a paso firme con dirección a la testera que yo presidía. No alcanzó a terminar su discurso, pues un cerrado aplauso lo acalló. Se votó a mano alzada y todos concluyeron en que el próspero empresario merecía con creces el título. Se redactó rápidamente un documento fundamentando la decisión:

“El Seba es un caradura. No merece perdón de Dios. En sus afanes presidenciales insiste en criticar a muy bajo nivel a Michele Bachelet tratando de mostrarla como un ser débil, dominada por sus pares y por los partidos que conforman la Concertación mostrando su posición machista (Nota de la Redacción: la palabra machista fue incluida por una mención de la “Pepa” la única integrante mujer del Consejo Jurado). Si sigue así se va a convertir, al igual que su ex amigo Joaquín Lavín, en un eterno presidenciable perdedor. Su baja manera de hacer política no es algo nuevo. Hay que recordar aquella noche del 23 de agosto de 1992, cuando una grabación difundida en un programa de televisión desnudó sus ambiciones dando a conocer una conversación en la que intentaba dar instrucciones al periodista Jorge Andrés Richards, a través de su amigo Pedro Pablo Díaz (ejecutivo de Coca Cola-Chile) para que en una futura entrevista perjudicara y dañara la imagen de Evelyn Matthei (tambien entonces presidenciable) que era su propia correligionaria en Renovación Nacional (posteriormente ella se fue a la UDI). Se trataba de sacar de carrera a la Matthei para “correr” solo, sin importarle valores éticos. El fin justificaba los medios al parecer”.

Para reforzar la nominación, el documento de nuestro Honorable Consejo-Jurado, decidió incluir parte de la grabación. Dejamos en claro que el posterior trabajo de lavado de imagen de Piñera fue brillante. A El se le dejó como una victima de espionaje y los medios soslayaron el contenido de la grabación, la que va a continuación:


Sebastián Piñera: “…,que todo lo que dicen después lo tienen que contradecir, huevón ¿ah? Divorcio, que está preparada, que ley de divorcio, hablemos en contra del divorcio, a favor del divorcio. Que está preparada, que no está preparada. Después una cuestión, le podís decir tú: hace dos años atrás, cierto... no, eso no en realidad...."

Pedro Pablo Díaz: ¿Qué poh?

Sebastián Piñera: No es que me decía Jorge Carey, lo que me dijo Jorge Carey, tal que esta mina] hace dos años atrás fue a buscarlo ella para para a Jarpa y ahora... Lo que puede tratar de meterle, es el síndrome, cierto, de una huevá débil, inestable. Que va p'allá, que va p'acá, que pega tiros, que pega tiros p'acá. Pero con suavidad, no puede transformar a la Matthei en víctima, ¿ah?

Pedro Pablo Díaz: Exactamente

Sebastián Piñera: Le puede decir, por ejemplo, mire: todo el país conocía, una de las características, todo el país conocía, cierto, cuando su papá era Comandante en Jefe, cierto, eeh, el, las, el hecho de que que decía una cosa, después se contradecía, al final nadie sabía nunca qué diablos pensaba, porque decía diez cosas distinta en diez minutos.¿Ah? Da la impresión que eso también se extiende a usted. ¿Me entiendes o no?, ¿ah? Y ahi le puede tirar la cosa de que estoy prepará, no estoy prepará, la cosa del divorcio, no estoy con el divorcio; o sea en 30 segundos se da vuelta de carnero]. ¿Cuál es? ¿Me entiendes o no? Ese es un punto firme

Pedro Pablo Díaz: Bueno, lo voy a repasar con el Pelao. Al tiro, Voy a cortarte y te voy a llamar al Pelao

Sebastián Piñera: Pero tenís que hacerlo bien hecho. Tiene el ejemplo del divorcio, tiene el ejemplo de si está preparada, tiene el ejemplo, oye también de que... ¿en qué otra cuestión se ha dado vuelta ella?

Pedro Pablo Díaz: De la catolicidad. De ir a misa, es católica y no va a misa, o sea, dejarla en contradicción, dejarla...

Sebastián Piñera: Claro

Pedro Pablo Díaz: Usted dijo que su papá se había convertido al catolicismo con la venida de Juan Pablo II...

Sebastián Piñera: Eso dijo... y dice que es luterano

Pedro Pablo Díaz: Y ahora dice que es luterano. Usted dice que es católica y no va a misa, ¿cómo es la huevá?

Sebastián Piñera: Pero la gracia es que trate elegantemente de dejarla como una cabrita chica, cierto, despistada, que está dando palos de ciego, sin ninguna solidez, me entendís tú ¿o no?

Pedro Pablo Díaz: Claro, claro, no de víctima, por ningún motivo

miércoles, 16 de mayo de 2007

Chileno recibió importante condecoración en Nueva Zelanda


Quizás con sus ojos imaginativos de niño Jorge Sandoval ya vislumbraba su exitoso futuro ligado al deporte cuando se maravillaba observando, desde la Cuesta Caracol de su natal Tomé, a los ciclistas que pasaban cada año por la zona compitiendo en “La Vuelta de Chile”.

Un año detenido en la Isla Quiriquina por la dictadura militar le obligó a emigrar a Nueva Zelanda a mediados de los ‘70 y allí ha vivido más de un cuarto de siglo. Desde Wellington, ha proyectado su actividad, dirigiendo 20 vueltas ciclistas en su país adoptivo, organizando importantes eventos y representando a deportistas, transformándose en uno de los más prestigiosos personajes de la actividad. Hace cinco años recibió otra distinción como Mejor Promotor.


Jorge Sandoval fue distinguido como miembro de la Orden al Mérito de Nueva Zelanda de parte de la Reina Isabel de Inglaterra por su labor deportiva, fundamentalmente dedicada al Ciclismo. La condecoración real fue entregada a Sandoval por el Gobernador
Anand Satyanand y el chileno la recibió ataviado con la típica vestimenta de huaso. “Esta medalla es para todos los chilenos. Por eso es que visto este traje”, dijo.

Recientemente fue nombrado Hijo Ilustre de Tomé, su ciudad natal, y recibió otra distinción de Chiledeportes de la Octava Región.

“Las Manos al Fuego”, la mejor novela negra de los últimos años


José Gai, caricaturista y periodista de vasta trayectoria en medios escritos, entregó su primera novela, “Las Manos al Fuego”. En su debut salió más que airoso. Ya lo había logrado con su refinado y buen sentido del humor en su “Sabor a gol”. Lo mismo con “Ñoñobánez, 20 años de fútbol chileno”. Ahora “despachó” una verdadera joya literaria con una historia apasionante que me leí en dos tandas y evitando toda interrupción. Si la novela es una joya, el último capítulo es una joyaza. Si el libro viniera en blanco, con sólo el capítulo 50 impreso, igual valdría la pena pagar por él.


Sin autorización, pero con el debido respeto, me tomé la libertad de reproducir algunos acápites de la crítica de “El Mercurio” que implacable y rigurosa no trepidó en colmar de elogios a Gai. Aquí van algunos párrafos escogidos:




“Hay que decirlo sin reservas: Las manos al fuego, de José Gai, es la mejor novela negra que se ha escrito en Chile durante mucho tiempo. Compleja, bizantina, bien construida, ambigua, de real calidad literaria - y, en consecuencia, de un estilo que refleja el tono anárquico, poético, a veces subversivo y paranoico de esta clase de ficciones- , la narración es digna heredera de los clásicos norteamericanos que evoca: Highsmith, Chandler, Hammett, Woolrich.”


No es una hazaña menor, sobre todo si consideramos el intrincado argumento, su trasfondo político y el tema de Las manos..., hasta ahora tratado de manera simplista, maniquea. Adrián, el narrador, es un egresado de leyes que trabaja en la oficina de los abogados Ferrer y Gálmez, quienes tramitan casos de derechos humanos como plataforma para escalar posiciones. Dantón Labra, empresario que canaliza dineros del exterior, es secuestrado por la CNI; Ester Alday, la gestora financiera, debe pasar a la clandestinidad, refugiándose en propiedades de la Iglesia. Todo indica que Labra ha sido trasladado a La Serena, de la cual Adrián es oriundo y adonde debe viajar para la investigación y arriesgar su pellejo. Estamos a comienzos de 1983, ante la peor crisis económica de la dictadura y recién se vislumbran señales de oposición al gobierno militar.”


Fiel a sus maestros, Gai deja a muy pocos bien parados, en particular a las damas. En 'Las Manos...' hay tantos giros que incesantemente uno se pregunta quién es quién, con qué cara va a salir en el siguiente capítulo, cuál es su verdadera personalidad. Aparte de los guiños al cine, a cierta música, el autor cita a Balzac, Joyce, Mann, sin pedantería, con total naturalidad”.



lunes, 7 de mayo de 2007

¿Pelé o Maradona?

Aunque para mí no hay ninguna duda en la elección, medios de comunicación, periodistas, dirigentes y aficionados mantienen la discusión acerca de quién ha sido el mejor futbolista de todos los tiempos.

Los tiempos corren más rápido que antaño y así como surgen nuevas figuras en el paisaje futbolístico (soccer para los angloparlantes), éstas desaparecen rápidamente y pocos los recuerdan. Sólo los grandes permanecen con letras de molde grabadas a fuego. Parece ser que las nuevas “leyendas” del balompié deben aderezar su quehacer deportivo con una vida paralela de glamour y farándula para lograr espacios en los medios de comunicación, especialmente en la televisión, el escenario más apetecido por los futbolistas “mediáticos”.

Uno de los deportes favoritos de los medios de comunicación son las encuestas. Algunos editores sienten que han descubierto el lugar exacto de la Atlántida cuando envían a resignados reporteros a hacer una encuesta callejera: “¿Le parece bien que Olivarí y Dueñas se hayan separado?”, “¿Qué piensa de las declaraciones de la Quenita (¿O Kenita?) en Perú? ¿Cree que Ivan Zamorano será un buen entrenador? ¿Cree que van a arreglar los problemas del TranSantiago?, etc.

Sin embargo, uno de los temas favoritos ha sido la eterna pregunta: ¿Quién fue mejor: Pelé o Maradona?

Recuerdo a un periodista maradoniano que, en un famoso programa deportivo de Televisión Nacional de Chile, con el fin de demostrar que Maradona fue mejor que Pelé, recurrió a declaraciones de diferentes figuras del fútbol internacional que alababan las condiciones del Pelusa. El mentado comunicador nunca explicó que la pregunta hecha a esos jugadores –formulada fuera de pantalla, por cierto- no fue “¿Pelé o Maradona?” sino simplemente una opinión acerca del jugador argentino. Las respuestas fueron usadas con un propósito diferente. Ese profesional era profesor de Etica Periodística en una de las casi 40 escuelas que “enseñan” el oficio.

Los partidarios de Diego Armando Maradona argumentan -y no dejan de tener razón- que en los tiempos de Edson Arantes Do Nascimento los defensas marcaban a sus rivales a mayor distancia y existían mayores licencias. "Se dejaba jugar", dicen. Quizás el Mundial de Inglaterra (1966) fue una excepción, ya que al Rey le pegaron hasta lesionarlo. También exponen los fanáticos de El Pibe de Oro que los compañeros que tenía Pelé estaban casi a su altura. Es cierto. Jugar con Garrincha, Vavá, Didí, Roberto Carlos y otras luminarias, era un lujo. Maradona, por su parte, debía muchas veces –como dicen los reporteros deportivos- “echarse el equipo al hombro” y ganar partidos solo.

Esos argumentos son válidos. La distancia entre ambos futbolistas no es tan abismante como quieren hacer creer los partidarios del brasileño, pero dentro de su contraparte, hay una tendencia clara: Quienes declaran que Maradona fue mejor jugador que Pelé son personas pertenecientes a las nuevas generaciones, quienes no vieron al astro de Santos y del Scratch. Las nuevas generaciones no han tenido testimonios fílmicos de Pelé con la misma abundancia que los de Maradona. Tampoco tuvieron la suerte que ostentamos algunos de la Vieja Guardia de haberlos visto en vivo y en directo a ambos.

No obstante todo lo anterior, para mí no hay ninguna duda: Pelé fue mejor que Maradona.

Bastaría poner a los dos frente a frente en forma individual para concluir en que el brasileño fue superior. Sólo dos aspectos: Pelé pateaba bien con ambas piernas, en tanto que a Maradona la derecha no le era muy útil, -aunque también anotó con la diestra-. La segunda razón es el golpe de cabeza: Pelé se elevaba, quedando siempre más tiempo que sus rivales en el punto muerto, a veces le ganaba en el salto a los arqueros, y lograba darle dirección al balón. Maradona se hizo célebre con un gol de cabeza... que anotó con la mano de Dios.

Tampoco hay comparación en la condición atlética de cada uno, así como en lo que los cientistas deportivos llaman “el biotipo”.

Quizás la conclusión sea que es mejor no hacer comparaciones, que hay que disfrutar del espectáculo que dieron y dan los elegidos y no hacerlos entrar en una competencia en la que quizás ellos mismos no desean participar.

Sin embargo, hay algo en lo que Maradona ha superado con creces a Pelé y en eso no creo exista discusión. El argentino se ha jugado por la suerte de sus compañeros de profesión y hasta ha sido calificado como enemigo de la Federación Internacional de Fútbol Asociado. Pelé, por su lado, ha sido condescendiente y parte del sistema que explota y manipula a los futbolistas en pos de mantener el negocio en alto.

jueves, 3 de mayo de 2007

Lápiz Loco -Apuntes Sin Sentido-

Por Oliveto


El Colo está cansado
La presidenta debe estarlo también
No me interesa la “Porotito Verde”
Tampoco el diputado Moreira
¿Adónde fueron a parar los 27 millones Riggs?
La Quenita ahora es peruana…o quizás de Mongolia
¿Qué pasó con el oro?
¿El pisco es peruano o chileno?
¿Y el “Huáscar”?
¿O”Higgins o Carrera?
¿Prieto o Gatica?
¿De Rokha o Neruda?
¿Don Quijote o Sancho?
¿El o yo?
¿El “Pollo” o Buddy Richard?
¿El Everton o el Wanderers?
¿A diestra o siniestra?
¿Bajando pa’ Puerto Aisén?
¡Viva el “Chino” Ríos”!
Iván Zamorano tenía muy buena prensa…hasta el TranSantiago
En Puente Alto pondrán cámaras antidelincuencia. Ahora los “Patos Malos” van a salir en la tele….
Bush tenía razón, pero hace tiempo la perdió
Mi mermelada favorita es la de naranjas
Así es la vida… ¿Cómo será la muerte?
¿Con Dios o (y) el diablo?
¿Aspirina o paracetamol?
¿Lo uno o lo otro?
¿Zamorano o Salas?
¿La Bolocco o la Geisha?
¿Pele o Maradona?
¿Mac o Windows?
¿Blanco o Negro?
¿El Nacional o el Monumental?
¿Blanco o tinto?
¿Efectivo o tarjeta de credito?
¿Bonvallet o Zulma?



Así con la cosa….